Los océanos se han convertido en gigantescos vertederos.
La mala gestión generalizada de los
residuos urbanos está contaminando los mares a niveles inimaginables.
Se calcula que cada año 6,4 millones de toneladas de
residuos acaban en el mar. Entre el 60%
y el 80% son plásticos, con picos de hasta el 95% en algunas zonas, según la asociación ambiental Italiana
Legambiente. El mayor porcentaje de
ellos son bolsas, pero los envases de bebidas, las latas o los filtros de cigarrillos significan casi
la mitad del total.
Son datos de 2008
y se considera que desde entonces el problema se ha agravado. “La basura en el mar es el síntoma de una
enfermedad grave: el mal uso y la
constante mala gestión de los recursos naturales”, afirma Achim Steiner el ex
director del PNUMA (Programa de Naciones
Unidas para el Medio Ambiente). “La cantidad de bolsas de plástico, de botellas
y de otros residuos que hay en el océano
se puede reducir drásticamente mejorando la gestión de las basuras, reduciendo
su cantidad y reciclando”, añade.
En el Estado español, un país turístico con 57 millones
de visitantes anuales, el problema causa
graves impactos ambientales y económicos. El Mediterráneo es uno de los mares más afectados
por el problema y las playas y aguas españolas son un fiel reflejo
de ello. La Diputación de Barcelona
asegura que el 80% del volumen y el 35%
del peso de
las basuras que recoge en las playas son
envases. El 80 % de los gastos que deben asumir los ayuntamientos para la
limpieza de las playas corresponde precisamente
a los residuos de envases.
Las papeleras de las playas se llenan cada día y se abandonan
envases por todas las partes. A esta
invasión de residuos se añade la basura
que llega flotando, arrojada desde otros
puntos de la costa, barcos o incluso
países vecinos. Pese a los servicios de
limpieza,
pasear por una playa se ha convertido en
una pesadilla: la línea de la marea es
un sin fin de objetos flotantes, plásticos
en su mayoría, devueltos por el mar.
Un informe del PNUMA de 2009 afirma que entre el 31% y el 43% de los residuos que se hallan en las playas del Báltico son envases, latas y tapones. En el Mediterráneo la cifra supera
el 30%, según la ONU.
El fondo del mar es un vertedero
Un informe de Greenpeace titulado Basuras en el mar calcula
que tan sólo un 15% de la basura que se
vierte el mar termina en las playas. El 70% se hunde y el otro 15% queda en la columna de
agua. Ello evidencia la cantidad de basura que queda en los mares fuera de la
vista de todos, pero provocando graves daños ambientales.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
estimaba en 2005 que existían en algunos lugares hasta 13.000 fragmentos de
plástico por kilómetro cuadrado en los océanos. Los datos recopilados más recientemente
por Greenpeace certifican que la zona con mayor presencia de estos residuos es
el Mediterráneo noroccidental
(las zonas
cercanas a las costas de España, Francia e Italia), donde en los fondos marinos
hay hasta 1.935 unidades de plástico por kilómetro cuadrado.
Según el estudio de la ONG, se estima que alrededor del
80% de la basura marina se origina en
tierra firme, mientras que el resto
procede de fuentes situadas en el
océano. Envoltorios de comida, envases, filtros de cigarrillos, juguetes de
playa, preservativos, jeringuillas, sedales, redes de pesca, bolsas o cubiertos
de plástico son algunos de los 'invasores' que se encuentran por todas partes.
Isla de basura
Las aguas del Pacífico, entre el archipiélago de Hawai
y la costa Oeste de EEUU, se han transformado en un basurero flotante de un
tamaño de miles de kilómetros cuadrados.
La corriente giratoria de este océano transporta la basura
arrojada desde Canadá, EEUU, Japón y China a esta región, descubierta en 1997
por el marino Charles Moore. No es una mancha compacta o una isla flotante,
como se ha afirmado en algunos medios.
Según Moore, “es una especie de sopa con desechos diseminados
de todo tipo y tamaño, desde trozos pequeños de plástico hasta televisiones o frigoríficos,
que gira con la corriente oceánica”.
Recientemente también se ha encontrado en el Atlántico
Norte otra región marina cargada de residuos de plásticos. La fotodegradación
de los plásticos debida a la radiación solar hace que poco a poco esta basura
tenga cada vez menor tamaño. En
muchas
playas del mundo una pequeña cantidad de la arena está compuesta por estos
diminutos trozos de residuos plásticos.
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